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Prevención

Afrontar la realidad del abuso sexual infantil desde la escuela inevitablemente pasa por trabajar desde una perspectiva educativa. En el marco de la prevención es donde probablemente podamos aportar más habilidades y conocimientos como docentes. Quizás ya estéis trabajando en una línea que favorece la prevención del abuso sexual, pero hay que dotar de intencionalidad y con una mirada de protección aquellas acciones, proyectos e intervenciones que pueden ser preventivos.

En el caso de Elena, por ejemplo, podemos observar cómo la realización de una formación sobre sexualidad y reproducción le permite identificar de manera adecuada la vivencia del abuso sexual al situarlo como una conducta no normalizada. Trabajar desde una perspectiva basada en el buen trato, los derechos de los niños, el acceso a una educación sexual afectiva de calidad, así como el abordaje explícito del abuso sexual infantil, constituyen pilares básicos y necesarios para establecer un clima de prevención y protección.

Tanto a nivel europeo como nacional hay distintas organizaciones especializadas en el abordaje del abuso sexual infantil que han desarrollado propuestas, programas y materiales dirigidos a la prevención y adecuados a diferentes edades. A continuación, te proponemos consultar dos páginas web de ámbito europeo, pero te animamos también a consultar los recursos disponibles a nivel nacional:

¿Cómo puedes mejorar la prevención del abuso sexual infantil en el aula y en tu escuela? ¿Qué cosas ya estás haciendo, dotadas con la intencionalidad adecuada, podrían ser preventivas? ¿Qué puedes mejorar o incluir en tu día a día para desarrollar esta cultura de prevención y protección?

Puedes ver algunos comentarios de quienes ya han realizado este curso haciendo click en los globos:

Y aquí hay algunos comentarios de víctimas de abuso sexual en la infancia que muy valientemente nos han explicado qué les hubiera gustado que hiciera la escuela:

Bueno, lo primero que podrían haber hecho es tener una mínima sintonía con los sentimientos de las personas que estábamos allá, ¿no? (…) Claro, porque aunque no sepan cuál es tu problema, al menos que te pasen la mano por la espalda y te digan “ostras, hoy tienes un día “chungo”, ¿no?”. Pues ya está, aunque no llegues a verbalizar el problema, el primer paso ya lo tienes. Porque yo, durante muchos años no sabía ni pensar que tenía derecho a tener un mal día o que me sentía mal…

Cuando he pasado al colegio de monjas todo era como muy “de nenas”, muy pausadito, muy quieto. Y eso a mí me costaba mucho. Me sentía muy afuera porque a mí lo que me gustaba era jugar y saltar (…) Y me pasaba muchos días que no jugaba y la hora del patio intentando no llorar. A veces me venían las lágrimas a los ojos y me sentía muy sola, ¿no? Y yo no recuerdo que nunca ninguna profesora viniera a preguntarme… O a insistir. Este silencio emocional, que ninguna venga a ver por qué yo no jugaba o por qué estaba triste. Al final, lo de menos es el por qué, porque si a nadie le importa que estés triste, difícilmente te puedan dar apoyo con un problema de abuso sexual o de cualquier otro tipo.

Un día yo estaba en la fila del colegio y estaba sola atrás la ultima y no podía aguantarme las lágrimas y empecé a llorar y cuando entraba, mu profesor, mi tutor me paró. Y me pregunto, que te pasa, y yo le dije, nada nada. ¿tienes algún problema en casa? ¿Es que te han regañado tus padres? ¿te han castigado? No, no. Y me dejó. Y entonces todo habría cambiado si en ese momento en lugar de preguntarme delante de todos los niños que estaban pasando al lado de otros profesores, porque eso fue en el hall del colegio a la hora de la entrada que están viéndote y yo lo único que no quería era que me vieran llorar. Si me hubiese llamado de nuevo aparte al despacho o haber esperado al final de clase y me he hubiese preguntado (…) Es decir, preguntar directamente. Preguntar si estas sufriendo algún tipo de abuso sexual. O sea, esta pregunta no se hace. Nadie la hace. Es una cosa súper sencilla y si a mí me dice eso yo, vamos le hubiese contado todo y no sé qué habría pasado si tenían o no tenían protocolo o qué habrían hecho, pero sí que la cosa habría cambiado

Sí que es verdad que desde el instituto llamaron a mi madre, para decirle que había que estaba teniendo muchas faltas que me escapaba que no iba a clase. Y que había absentismo por mi parte, pero ya esta. Mi madre lo que hizo fue asustarse, regañarme y nos mudamos de Barcelona a Granada para cambiar el ambiente con el que me movía, pero desde el instituto no sugirieron o investigaron o no si estaba ocurriendo algo detrás de ese comportamiento o sea no fue está haciendo esto ¿tienen idea? ¿puede estar ocurriéndole algo?

Sí, creo que la escuela podría haber hecho mucho si se trabajase en equipo. Es decir, si se trabajase con el conocimiento del entorno en el que yo vivía. Teniendo datos, conociendo, sabiendo, observando, yo creo que sí, mi madre nunca fue al colegio, nunca fue a una reunión, eso ya es un indicador de algo